El mecanismo de acción de los venenos Sin embargo, gracias al estudio de los mecanismos de acción de ciertos venenos, la farmacología llegó a tomar auge en el s. XIX y tuvo su exponente en la persona de François Magendie. De hecho, en todas las épocas de la historia, los hombres han hecho uso de las drogas para aliviar sus males o incluso para matar, como en el caso de los venenos, pero estas drogas se aplicaban con auténtico discernimiento. Magendie estudió experimentalmente la acción del veneno y el por qué de sus efectos. Desde entonces, al estudiar racionalmente los efectos de una droga, se trata de comprender cómo actúa, cuál es su mecanismo operativo en el interior de un organismo, al nivel del órgano y de la célula. Este aspecto esencial de la farmacología se había ignorado hasta el s. XIX, mientras que el uso de medicamentos se remonta a los manuscritos de 2.500 años a.C. Otro aspecto esencial de la cuestión vino a ser aclarado por Claude Bernard. Efectivamente, él dio la idea de aplicar las drogas y los venenos al cuadro del estudio de los fenómenos psicológicos que sustentan la organización de todo ser vivo. A partir de Claude Bernard, la farmacopea se ha visto enriquecida por numerosos medicamentos cuyos mecanismos de acción se han estudiado, pero además han visto la luz drogas nuevas, enteramente engendradas en el laboratorio gracias a la bioquímica y a la química orgánica. El descubrimiento de la quinina y la penicilina, de la cortisona y los antiinflamatorios, así como la introducción en el campo de la psiquiatría de neuroepilépticos y antidepresivos abren un nuevo camino dentro de la terapéutica. A partir del s. XX, la farmacología abarca diversas ciencias fundamentales (química, física, matemáticas) y se escinde en numerosas ramas de investigación.