Cañas y Barro: 139

21/10/2009 964 Palabras

none Pág. 139 de 158 Cañas y Barro Vicente Blasco Ibáñez Y su embriaguez era más dulce que nunca: una embriaguez de hombre bien comido que bebe en plena digestión; no la borrachera triste y lóbrega que le acometía en su miseria cuando arrojaba copas y copas en el estómago vacío, encontrando en las riberas del lago gentes que le convidaban siempre a beber, pero nadie que le ofreciera un pedazo de pan. Sumíase en su borrachera sonriente, sin dejar por esto de comer. La Albufera la veía de color de rosa. El cielo, de un azul luminoso, parecía rasgarse con una sonrisa igual a aquella que le acarició una noche en el camino de la Dehesa. únicamente veía negro, con la lobreguez de una tumba vacía, el puchero que guardaba entre las piernas. Se lo habla comido todo. Ni restos quedaban del embutido. Quedó como aterrado un momento por su voracidad. Pero después su apetito le dio risa, y para pasar la amargura de la falta, empinó la bota largo rato. Reía a...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info