Historia La primitiva basílica de San Marcos se remonta al s. IX después que los restos del evangelista Marcos fueron trasladados desde Alejandría (Egipto) a Venecia en 828 y se decidiese construir un templo digno de dicha reliquia y que al mismo tiempo fuese adecuado a las exigencias de una ciudad en expansión y deseo de manifestar su grandeza. De esta manera surgió poco a poco, a través de los siglos, esta espléndida y grandiosa basílica que reúne reminiscencias estilísticas de diversas épocas y proveniencias: el oro bizantino y las agujas góticas, las arcadas de medio punto y las cúpulas islámicas, que testimonian la vocación internacional y ecléctica de Venecia. Los graves daños causados por un incendio en 976 y especialmente el aumento del poder de Venecia fueron elementos decisivos a la hora de tomar la decisión de reconstruir totalmente la basílica haciéndola más grande y suntuosa.