Introducción Sus orígenes pueden rastrearse en la histórica animosidad entre persas y árabes, que se remontan varios siglos, y en las rivalidades regionales puntuales que esta rivalidad ha llegado a provocar. En este caso, Irak pretendía modificar la delimitación de fronteras entre los dos países establecida en los Acuerdos de Argel (1975), con vistas a conseguir para su territorio la anexión de la estratégica región del Chatt el Arab, la zona pantanosa y de marismas donde confluyen los ríos Tigris y Éufrates antes de desaguar en el fondo del Golfo Pérsico. La guerra finalizó sin un claro vencedor, y causó, según las fuentes, entre medio millón y 1.200.000 víctimas.