A la nochede José de Espronceda & 160;Salve, oh tú, noche serena, & 160;Que al mundo velas augusta, & 160;Y los pesares de un triste & 160;Con tu oscuridad endulzas. & 160;& 160;& 160;& 160;& 160 ...
El audaz Capítulo XXVIde Benito Pérez Galdós Capítulo XXVI - ¿Iré o no iré?IVamos a asistir a la espantosa duda que conturbó el entendimiento de Susana, comprimido por dos ideas opuestas, ...
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El jugadorCapítulo 1de Fiódor Dostoyevski Por fin estaba de regreso, después de dos semanas de ausencia.Los nuestros llevaban ya tres días en Ruletenburg. Yo creía que me estarían aguardando como al ...
Capítulo IV& 160;04Pág. 04 de 21En la carrera- Primera parteFelipe TrigoA pesar de todo, con la Burra hallaba su triste corazón la mayor comunidad de sentimientos. Luis, que en el grado fue su ...
IgualdadCapítulo XXXV.Por qué la revolución primero fue lenta y al final rápidade Edward Bellamy "Esto es todo en cuanto a las causas de la Revolución en América, tanto la causa fundamental general, ...
Ivanhoede Walter Scott «Vamos a recorrer valles y bosques, donde asu madre el cervatillo sigue, donde Ia encinacon sus anchas ramas al sol mal que le peseentrar impide.Partamos, que este sitio ...
& 160;06Pág. 06 de 31El pesimista corregidoSantiago Ramón y CajalParece débil y anonadado, cual pájaro fascinado por la serpiente. Dispone para su defensa de ojos que atisban al enemigo; de instinto ...
nonePág. 071 de 127La lucha por la vida III Segunda partePío BarojaDon Alonso estaba entumecido; le dolía todo el cuerpo. Echaron aandar los tres por el camino de la Elipa.Al llegar cerca del nuevo ...
none& 160;23Pág. 23 de 36 La madre NaturalezaEmilia Pardo BazánCapítulo XXIIISe despertó muy tarde, rendido de su lucha con el insomnio. Cuando la cocinera, mocita frescachona, rubia, de buenas carnes ...
Las mil y una noches - Tomo V pero cuando llego la 807ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 807ª NOCHELa pequeña Doniazada dijo a su hermana: "¡Oh hermana mía ¡date prisa a empezar la historia ...
Ofrenda de rosasde Humberto Fierro A Arturo BorjaRecuerdo que te hallé por mi caminocomo un Verlaine aún adolescente,¡y daba el signo de un fatal destinotu alma de estirpe lírica y ardiente Y ambos ...
La familia de AlvaredaTercera Parte Capítulo VIde Fernán Caballero Tercera parteCapítulo VI¡Cuál se le pintaron al infeliz Perico en esa lúgubre noche las escenas de su tranquila felicidad doméstica ...
La tía Tulade Miguel de Unamuno En el parto de Rosa, que fue durísimo, nadie estuvo más serena y valerosa que Gertrudis. Creeríase que era una veterana en asistir a trances tales. Llegó a haber ...
& 160;26Pág. 26 de 26Los crímenes de la calle MorgueEdgar Allan PoeMadame LEspanaye y su hija, vestidas con sus camisones, estaban, según parece, arreglando algunos papeles en el cofre de hierro ya ...
A Raoul FournierARGUMENTOUna máscara de cloroformo, verde y olorosa a éter, cae sobre mi cuerpo angustiado, horizontal, sobre la mesa de operaciones erizada de signos como un barco empavesado. Sobre ...
Capítulo VIII& 160;09Pág. 09 de 29El cisne de VilamortaEmilia Pardo BazánHasta muy tarde no sopló el Cisne la palmatoria de latón donde la económica tía Gaspara le colocaba, siempre a regañadientes ...
Gerona& 160;: 10de Benito Pérez Galdós El lector no lo creer& 225;; el lector encontrar& 225; inveros& 237;mil que bail& 225;semos Siseta y yo en aquella l& 250;gubre noche, precisamente en los ...
Capítulo VII& 160;20Pág. 20 de 21La altísima- Tercera parteFelipe TrigoLas gaviotas rasaban el mar perla tocando apenas las puntas de las olas con las puntas de las alas. Un buque, lejos, tendía su ...
La Segunda Casaca& 160;: 18de Benito Pérez Galdós Y romp& 237; a re& 237;r con m& 225;s fuerza. La revoluci& 243;n individual se hab& 237;a consumado en m& 237;. La segunda casaca, no menos rid& 237; ...
4.234 palabras
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